COMUNICACIÓN DE CALIDAD
Comunicar es la acción de poner algo en común. La comunicación social se establece entre personas concretas y es más humana cuanto más ayuda a los demás a ser colmadamente humanos y libres. Los periodistas se presentan siempre ante la sociedad como “buscadores de la verdad”. Pero quien realmente se interesa por la verdad está siempre alerta de las reacciones de quienes reciben la información.
Así pues, la comunicación planteada como un espacio comunicativo de búsqueda de la verdad, produce satisfacción en la colectividad y evita las agresiones, y cuando realmente se busca la verdad lo que se busca es el bien en su plenitud. De ahí que el comunicador de la verdad a medias que opta por el sensacionalismo no construye y además genera un conflicto de oscura resolución.
Y ante esta tesitura, los medios ¿nos acercan o nos alejan de la verdad? Los medios pueden recrear las cosas informando sobre la realidad para ayudar a discernir nuestras opiniones y opciones, pero pueden crear situaciones virtuales de ficción que envenenan. Cuando tanto las imágenes como las noticias se orientan a inducir como único objetivo el consumo o la manipulación, se está destruyendo la projimidad y la veracidad. El dolor y la injusticia presentados como una estética desintegradora instala en la sociedad la desesperanza de no encontrar la verdad y poder hacer el bien en común.
Hoy los medios nos hacen prójimos de verdaderas multitudes de personas que están a lo largo del camino de la vida: unos apaleados, otros ultrajados otros desahuciados, y ante este escenario se pasean los periodistas expectantes observando la “noticia” sin prestarles ayuda e instrumentalizando la desgracia. ¿ Los medios buscan la verdad, se organizan puramente como grupos de presión a manos de algún mecenas astuto, o persiguen el morbo lucrado? La comunicación estrictamente puntual carente de contexto es atemporal y fomenta la desesperación. Ante esta coyuntura, ustedes periodistas, ¿quieren ser buenos comunicadores?
Así pues, la comunicación planteada como un espacio comunicativo de búsqueda de la verdad, produce satisfacción en la colectividad y evita las agresiones, y cuando realmente se busca la verdad lo que se busca es el bien en su plenitud. De ahí que el comunicador de la verdad a medias que opta por el sensacionalismo no construye y además genera un conflicto de oscura resolución.
Y ante esta tesitura, los medios ¿nos acercan o nos alejan de la verdad? Los medios pueden recrear las cosas informando sobre la realidad para ayudar a discernir nuestras opiniones y opciones, pero pueden crear situaciones virtuales de ficción que envenenan. Cuando tanto las imágenes como las noticias se orientan a inducir como único objetivo el consumo o la manipulación, se está destruyendo la projimidad y la veracidad. El dolor y la injusticia presentados como una estética desintegradora instala en la sociedad la desesperanza de no encontrar la verdad y poder hacer el bien en común.
Hoy los medios nos hacen prójimos de verdaderas multitudes de personas que están a lo largo del camino de la vida: unos apaleados, otros ultrajados otros desahuciados, y ante este escenario se pasean los periodistas expectantes observando la “noticia” sin prestarles ayuda e instrumentalizando la desgracia. ¿ Los medios buscan la verdad, se organizan puramente como grupos de presión a manos de algún mecenas astuto, o persiguen el morbo lucrado? La comunicación estrictamente puntual carente de contexto es atemporal y fomenta la desesperación. Ante esta coyuntura, ustedes periodistas, ¿quieren ser buenos comunicadores?
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