Thursday, November 09, 2006

La OTAN mira con buenos ojos instalar en Aragón el AGS.

Zaragoza siempre ha sido la niña mimada de la OTAN, tanto por su tradición militar como por la geografía apta para simular maniobras de combate.


Una Comisión internacional de la OTAN departió con nuestro presidente aragonés Marcelino Iglesias la posible ubicación del Sistema de Vigilancia Aérea de Superficie (AGS), siendo la capital aragonesa una de las ciudades con más posibilidades de ser la sede que albergue la futura plataforma militar y todos los pertrechos que esa decisión lleva consigo.

Ante esta situación, Iglesias se mostró atento e ilusionado no ya por el objetivo meramente de la defensa, sino más bien por el importe de la inversión que aquella operación pueda derivar.

La política socialista es así. Cuando el ex ministro José Bono ostentaba la cartera de Defensa, también visitó a su “amigo” Marcelino para valorar el futuro establecimiento de la fábrica de aquel famoso helicóptero “Tigre” para decirle que a pesar de que Zaragoza reunía todos los palos de la baraja, al final la cabra siempre tira al monte, y en este caso se posicionó por montarla en el ex feudo de sus queridas tierras manchegas.

Sin embargo, uno de los ministros de Defensa que procuró por los intereses de Zaragoza, militarmente hablando y dentro de su autoridad competencial, fue Federico Trillo, hombre de principios, veraz, sin doblez, riguroso pero a la vez abierto, que supo alentar siempre a los mando militares en las horas más bajas de las circunstancias más funestas y que nunca reprocho el ultraje de la feroz oposición que con serenidad sufrió en sus carnes.

Pero seguimos con las anécdotas. Ante la entrevista entre Iglesias y la Comisión, Adolfo Barrena diputado de las Cortes de Aragón perteneciente al Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, le faltó tiempo para pedir con carácter de urgencia que se informara detalladamente de aquella reunión, pues al estilo de la más depuradora ideología roja, espetó que “ es incompatible la instalación del AGS con la designación de Zaragoza como Ciudad de la Paz”.
Yo le quiero decir a Adolfo Barrena que el ámbito castrense está estrechamente con la paz, y que concretamente el artículo 8 de la Constitución Española afirma que “las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. De aquí se desprende que además de lo que atañe a España, también se estará a lo preceptuado en lo que se refiera a lo acordado en los Convenios Internacionales y el los Tratados de Adhesión ad hoc.

Para concluir, que el AGS se pueda instalar en Aragón, y concretamente en Zaragoza, a mi parecer es ilusionante, inteligente y porque no atractivo, a la vez que reportaría la implantación de sofisticada tecnología de comunicación e información. Una ciudad se debe distinguir principalmente por el valor y la credibilidad de sus instituciones, por la grandeza de su masa empresarial y por el nivel cultural de sus gentes. De esta manera y con la futurible creación del AGS en Zaragoza, ésta estaría más cerca sin duda de conseguir para su currículum personal el galardón de gran ciudad, aunque le seguiría faltando bastante para destacar por la actual coyuntura institucional.

vicenbarbarroja

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