La universidad de Harvard plantea introducir la religión en su plan de estudios.
La prestigiosa universidad de Harvard se cuestiona si el ser humano puede ser persona plena si no cultiva su faceta espiritual, por ello se preocupa en impartir la religión como método educativo que complemente el bagaje personal.
La Universidad de Harvard es una de las instituciones educativas más acreditadas de los Estados Unidos y del mundo. Se considera la más antigua fundada el 8 de septiembre de 1636 como New College en Cambridge (Massachusetts), y que fue rebautizada el 13 de marzo de 1639 en honor a John Harvard, uno de sus principales mecenas. Harvard es una universidad privada y cuenta con el mayor presupuesto manejado por una universidad en el planeta. En promedio, Harvard tiene una población estudiantil de alrededor de 6.650 estudiantes de licenciatura (primer ciclo) y unos 13.000 a nivel postgrado (segundo y tercer ciclo). Siete presidentes de los Estados Unidos se han graduado en la Universidad de Harvard, Incluyendo el actual presidente George W. Bush, donde obtuvo un Master en administración de negocios.
Pues bien, si lo que caracteriza a España en la actualidad es la brutal ideología laica impuesta por el gobierno socialista y el frontal ataque a la Iglesia Católica promovido por el bloque izquierdista español, el cual anega discriminadamente la libertad ideológica y de religión, lo que ahora está despertando en países donde existe una fuerte tradición estudiantil de élite y de renombre es la inclusión de la religión como parte del currículo de aquellas personas que en unos años tendrán a la creación en sus manos.
En un mundo globalizado en donde las diferentes religiones influyen en el devenir social, político y económico, es de obligada observancia inclinar la balanza hacia la formación espiritual del hombre pues, de lo contrario, nunca llegará a entender el desarrollo de la historia ni el porqué de los acontecimientos más relevantes de la parte del universo que habitamos.
Si cada año que pasa en torno a la educación se eleva el nivel de las materias, su dificultad, su profundidad y su complejidad, ¿porqué no progresar también cada vez más en la vertiente ascética de la vida?. ¿Es lógico pensar que se adquieran progresivamente los conocimientos según el crecimiento intelectual de las personas y sin embargo se deje estancado el conocimiento acerca de Dios?
Por otro lado, que la Constitución española declare al Estado aconfesional, no autoriza a que éste cierre las puertas y obstaculice el adoctrinamiento en la religión, bien al contrario obliga al Estado a facilitar los medios necesarios para que los ciudadanos, en virtud de sus convicciones legítimas, puedan desarrollar libremente su personalidad. Con todo no sería descabellado que se diera una importancia formal a la religión como contenido educacional en los distintos programas de estudios, pues solamente conociendo las verdades de la fe se puede llegar a un grado optimo de tolerancia incardinado al respeto del prójimo, preservándolo además de los posibles perjuicios y maldades que sobre aquel se puedan verter.
De todo ello, sin duda, deberían tomar buena nota el presidente por accidente Zapatero, su ministra Calvo, a nivel nacional; y Marcelino Iglesias y su consejera Eva Almunia, a nivel autonómico para que, incluyendo a la asignatura de la religión en el ideario universitario y escolar, puedan los alumnos españoles ejercer sin coacción y con plenitud sus libertades fundamentales para que colmen su propio interés y opinen sin rencor, con mayor exactitud y con mejor criterio sobre aquellos temas que les atañan en torno a la actualidad.
Esto es una recomendación dado que la mayoría de los educandos españoles presiento que no puedan en un futuro instruirse en la ilustre universidad de Harvard.
vicenbarbarroja.
La Universidad de Harvard es una de las instituciones educativas más acreditadas de los Estados Unidos y del mundo. Se considera la más antigua fundada el 8 de septiembre de 1636 como New College en Cambridge (Massachusetts), y que fue rebautizada el 13 de marzo de 1639 en honor a John Harvard, uno de sus principales mecenas. Harvard es una universidad privada y cuenta con el mayor presupuesto manejado por una universidad en el planeta. En promedio, Harvard tiene una población estudiantil de alrededor de 6.650 estudiantes de licenciatura (primer ciclo) y unos 13.000 a nivel postgrado (segundo y tercer ciclo). Siete presidentes de los Estados Unidos se han graduado en la Universidad de Harvard, Incluyendo el actual presidente George W. Bush, donde obtuvo un Master en administración de negocios.
Pues bien, si lo que caracteriza a España en la actualidad es la brutal ideología laica impuesta por el gobierno socialista y el frontal ataque a la Iglesia Católica promovido por el bloque izquierdista español, el cual anega discriminadamente la libertad ideológica y de religión, lo que ahora está despertando en países donde existe una fuerte tradición estudiantil de élite y de renombre es la inclusión de la religión como parte del currículo de aquellas personas que en unos años tendrán a la creación en sus manos.
En un mundo globalizado en donde las diferentes religiones influyen en el devenir social, político y económico, es de obligada observancia inclinar la balanza hacia la formación espiritual del hombre pues, de lo contrario, nunca llegará a entender el desarrollo de la historia ni el porqué de los acontecimientos más relevantes de la parte del universo que habitamos.
Si cada año que pasa en torno a la educación se eleva el nivel de las materias, su dificultad, su profundidad y su complejidad, ¿porqué no progresar también cada vez más en la vertiente ascética de la vida?. ¿Es lógico pensar que se adquieran progresivamente los conocimientos según el crecimiento intelectual de las personas y sin embargo se deje estancado el conocimiento acerca de Dios?
Por otro lado, que la Constitución española declare al Estado aconfesional, no autoriza a que éste cierre las puertas y obstaculice el adoctrinamiento en la religión, bien al contrario obliga al Estado a facilitar los medios necesarios para que los ciudadanos, en virtud de sus convicciones legítimas, puedan desarrollar libremente su personalidad. Con todo no sería descabellado que se diera una importancia formal a la religión como contenido educacional en los distintos programas de estudios, pues solamente conociendo las verdades de la fe se puede llegar a un grado optimo de tolerancia incardinado al respeto del prójimo, preservándolo además de los posibles perjuicios y maldades que sobre aquel se puedan verter.
De todo ello, sin duda, deberían tomar buena nota el presidente por accidente Zapatero, su ministra Calvo, a nivel nacional; y Marcelino Iglesias y su consejera Eva Almunia, a nivel autonómico para que, incluyendo a la asignatura de la religión en el ideario universitario y escolar, puedan los alumnos españoles ejercer sin coacción y con plenitud sus libertades fundamentales para que colmen su propio interés y opinen sin rencor, con mayor exactitud y con mejor criterio sobre aquellos temas que les atañan en torno a la actualidad.
Esto es una recomendación dado que la mayoría de los educandos españoles presiento que no puedan en un futuro instruirse en la ilustre universidad de Harvard.
vicenbarbarroja.
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