¿En que ocupan el tiempo nuestros hijos?
Cada vez a edad más temprana se perpetran actos de violencia donde los protagonistas y las victimas suelen ser los propios adolescentes. Parece ser que el aprendizaje y el cultivo del intelecto no les seduce.
En el colegio Condes de Aragón ubicado a las afueras de Zaragoza, unos muchachos de entre 13 y 14 años han provocado cuantiosos destrozos en el interior del mismo. Pertrechados premeditada y alevosamente con herramientas provenientes de sus domicilios, han golpeado, roto y quemado varios enseres y mobiliario cuya suma asciende a más de 17.000 euros.
Lo grave del asunto ya no es la ruina material que han ocasionado como autores directos de los hechos, que sin duda lo es, sino que lo peculiar del caso es que el motivo que llevó a producirlo fue que no querían ir a clase. Y es aquí donde subyace una falta de estimulación escolar fomentada por la ociosidad que provoca la aplicación de las leyes que inciden en los educandos. Cuando la motivación para aprender no se suscita, cuando el interés por adquirir conocimientos acerca del mundo que nos envuelve se nutre de insensibilidad, y cuando los principios y valores humanos y espirituales se sustituyen por fuertes dosis de hedonismo encarnando al “carpe diem” de los antiguos helenos, llenando el tiempo de intensidades placenteras, sucede que el deber se sustituye por el placer, y las ganas de crecer en virtudes se soslaya por el conformismo acomodaticio de unas sociedades que a pesar de ser tecnológicamente avanzadas, no son capaces de encauzar los comportamientos de los miembros que las componen.
Lejos de edificar sobre una estructura educativa en la que el compromiso y la responsabilidad vayan a la par que el crecimiento natural del ser humano, las instituciones encargadas de velar por la enseñanza y por el alumnado promulgan con mayor ligereza y premura normas que inducen a los adolescentes a prescindir de la necesidad de formarse en los colegios o escuelas para dedicar su tiempo, ese en el que deberían estar en las aulas, a maquinaciones alienadas por demasiados juegos frívolos e impulsivos de las videoconsolas, por demasiadas horas deambulando en la calle sin hacer nada o por la permisividad de un entorno social y familiar muy común en nuestros días.
La anterior L.O.C.E que el PP diseño para erradicar la incultura en las clases, basada en la obligación y no en la pasividad, en la virtud y no en el contravalor, ha sido agredida y depuesta por la ilusoria L.O.E embutida por el PSOE con la que sin esfuerzo, ni empeño, ni brío, ni ardor, pretende Zapatero hacer una España próspera a base de personas inertes, indolentes e indiferentes.
También a nivel autonómico, la consejera de Educación Eva Almunia, huérfana de ideología educativa, a pesar de jactarse de una prolija experiencia en el área de la docencia, mira a ninguna parte echando balones fuera ante estas acciones violentas que unos chavales han originado en un colegio situado dentro de su ámbito competencial, pues aquella es acolita acérrima del venerable José Luis, nuestro transitorio presidente por accidente de lo que todavía queda de España.
vicenbarbarroja.
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