Aragón no es Cataluña, nuestra región no afecta.
A pesar de que el PSOE, con socios o sin socios, señorea en el Gobierno de Aragón, en los consistorios de Zaragoza, Huesca y Teruel, en el Gobierno Central de la nación, y en la Generalidad de Cataluña, no se miden objetivamente los recursos a invertir y el entendimiento brilla por su ausencia.
La línea férrea del tecnológico AVE que circulará por la geografía catalana lo hará recorriendo las cuatro provincias con estación y parada en sus respectivas capitales, lo que supondrá un desvío pasar por Tarragona para ir de Zaragoza a Barcelona . Así es la dura e “inteligente” negociación de la mentalidad catalana a la hora de consolidar unas infraestructuras que van a reportar en primer lugar abundantes beneficios a la comunidad autónoma, y en segundo término una gran prestación de servicios a la ciudadanía que los utilice.
En relación al polémico e inconstitucional Estatuto de Autonomía catalán, cuya precaria participación en las urnas fue comentada en numerosos medios de comunicación como la nota más significativa del día, está avanzando positiva e incomprensiblemente con el beneplácito de las instituciones más significativas de nuestro país, con la sonrisa envolvente de un irónico Zapatero y con la aquiescencia de numerosa militancia socialista que, a pesar de no estar de acuerdo con el contenido de su redacción, deben callar para poder comer a fin de mes.
Sin embargo, la Comunidad Autónoma de Aragón, grande en tiempos pretéritos en donde se dominaba a Valencia, Cataluña y las Islas Baleares agrupándolas bajo un mismo reinado y una misma autoridad, en los tiempos que corren hoy ni Marcelino Iglesias, ni Belloch (su más fiel y paradójico opositor y ex biministro en la época felipista que ya contaba con la colaboración de Fernández de la Vega), han sabido lidiar con interés y profesionalidad asuntos de trascendental importancia, reblando unas veces y asintiendo en otras.
A Teruel no llega el AVE, ni siquiera la red está medianamente operativa pues la estación de dicha capital está ruinosa, y no será por la exuberancia y maravilla de los paisajes y rincones de la “excusada a la fuerza” Teruel. La provincia está cubierta de interés turístico, y no solo por Dinópolis, sino por hermosísimos rincones quizá aún vírgenes y por descubrir. En esta coyuntura nos encontramos con la sierras de Gúdar, Javalambre, el Maestrazgo, pueblos con solera milenaria e historia por revelar que los responsables políticos no han sabido difundir, ni prodigar, ni trasladar al exterior. Tristemente en Teruel no pasa nada, y eso es lo peor, que poco a poco va inexistiendo.
Todavía queda pendiente el sangrante e inaudito asunto de los bienes aragoneses de la Diócesis de Barbastro, esos que los catalanes no quieren devolver, porque solamente esta absurda polémica nos puede suceder en Aragón, a los de siempre, a los olvidados, a los que no chantajeamos con artificiosos inconstitucionalismos estatutarios ni con independentismos baratos fuera de contexto, ni tampoco tomamos el pulso con el tema del agua ni con el blindaje del Ebro. Y por eso se nos ríen, por eso nos dejan para más tarde, para cuando convengan las migajas.
Por esto, por la debilidad de nuestros representantes es por lo que nuestra vecina Comunidad catalana nos acalla y se aprovecha de la lenidad ejecutiva de los cargos electos aragoneses. Y con todo, aún se pretende que en la denominada “franja” sea el catalán un idioma cooficial y que se puedan formar mancomunidades bipolares de cooperación y ayuda al desarrollo pero, ¿para quién?
Así pues, podemos ver con meridiana claridad y recordar que ni las legislaturas acumuladas de Marcelino Iglesias con el apoyo del PAR, ni el renombre del legendario Belloch con sus socios nacionalistas de CHA, ni la simpatía de la mediática vicepresidenta del Gobierno de la nación Fernández de la Vega, ni la deferente sonrisa del propio regidor José Luis Rodríguez Zapatero, brindan la oportunidad a nuestra prolífica tierra aragonesa, la de las gentes bravas y sinceras, la del trabajo acumulado de sol a sol de nuestros antepasados, para que bajo el principio de igualdad y redistribución económica, podamos ser los aragoneses españoles como los demás y ser custodios de nuestra propia riqueza a la vez que aspirar a que la inversión y el desarrollo tecnológico avalado por el interés general, que sospechosamente se acumula en otras regiones con un subyacente rédito personal, irrigue también nuestra depauperada pero esperanzada autonomía en aras de reparar con equidad el actual desequilibrio social.
vicenbarbarroja
La línea férrea del tecnológico AVE que circulará por la geografía catalana lo hará recorriendo las cuatro provincias con estación y parada en sus respectivas capitales, lo que supondrá un desvío pasar por Tarragona para ir de Zaragoza a Barcelona . Así es la dura e “inteligente” negociación de la mentalidad catalana a la hora de consolidar unas infraestructuras que van a reportar en primer lugar abundantes beneficios a la comunidad autónoma, y en segundo término una gran prestación de servicios a la ciudadanía que los utilice.
En relación al polémico e inconstitucional Estatuto de Autonomía catalán, cuya precaria participación en las urnas fue comentada en numerosos medios de comunicación como la nota más significativa del día, está avanzando positiva e incomprensiblemente con el beneplácito de las instituciones más significativas de nuestro país, con la sonrisa envolvente de un irónico Zapatero y con la aquiescencia de numerosa militancia socialista que, a pesar de no estar de acuerdo con el contenido de su redacción, deben callar para poder comer a fin de mes.
Sin embargo, la Comunidad Autónoma de Aragón, grande en tiempos pretéritos en donde se dominaba a Valencia, Cataluña y las Islas Baleares agrupándolas bajo un mismo reinado y una misma autoridad, en los tiempos que corren hoy ni Marcelino Iglesias, ni Belloch (su más fiel y paradójico opositor y ex biministro en la época felipista que ya contaba con la colaboración de Fernández de la Vega), han sabido lidiar con interés y profesionalidad asuntos de trascendental importancia, reblando unas veces y asintiendo en otras.
A Teruel no llega el AVE, ni siquiera la red está medianamente operativa pues la estación de dicha capital está ruinosa, y no será por la exuberancia y maravilla de los paisajes y rincones de la “excusada a la fuerza” Teruel. La provincia está cubierta de interés turístico, y no solo por Dinópolis, sino por hermosísimos rincones quizá aún vírgenes y por descubrir. En esta coyuntura nos encontramos con la sierras de Gúdar, Javalambre, el Maestrazgo, pueblos con solera milenaria e historia por revelar que los responsables políticos no han sabido difundir, ni prodigar, ni trasladar al exterior. Tristemente en Teruel no pasa nada, y eso es lo peor, que poco a poco va inexistiendo.
Todavía queda pendiente el sangrante e inaudito asunto de los bienes aragoneses de la Diócesis de Barbastro, esos que los catalanes no quieren devolver, porque solamente esta absurda polémica nos puede suceder en Aragón, a los de siempre, a los olvidados, a los que no chantajeamos con artificiosos inconstitucionalismos estatutarios ni con independentismos baratos fuera de contexto, ni tampoco tomamos el pulso con el tema del agua ni con el blindaje del Ebro. Y por eso se nos ríen, por eso nos dejan para más tarde, para cuando convengan las migajas.
Por esto, por la debilidad de nuestros representantes es por lo que nuestra vecina Comunidad catalana nos acalla y se aprovecha de la lenidad ejecutiva de los cargos electos aragoneses. Y con todo, aún se pretende que en la denominada “franja” sea el catalán un idioma cooficial y que se puedan formar mancomunidades bipolares de cooperación y ayuda al desarrollo pero, ¿para quién?
Así pues, podemos ver con meridiana claridad y recordar que ni las legislaturas acumuladas de Marcelino Iglesias con el apoyo del PAR, ni el renombre del legendario Belloch con sus socios nacionalistas de CHA, ni la simpatía de la mediática vicepresidenta del Gobierno de la nación Fernández de la Vega, ni la deferente sonrisa del propio regidor José Luis Rodríguez Zapatero, brindan la oportunidad a nuestra prolífica tierra aragonesa, la de las gentes bravas y sinceras, la del trabajo acumulado de sol a sol de nuestros antepasados, para que bajo el principio de igualdad y redistribución económica, podamos ser los aragoneses españoles como los demás y ser custodios de nuestra propia riqueza a la vez que aspirar a que la inversión y el desarrollo tecnológico avalado por el interés general, que sospechosamente se acumula en otras regiones con un subyacente rédito personal, irrigue también nuestra depauperada pero esperanzada autonomía en aras de reparar con equidad el actual desequilibrio social.
vicenbarbarroja
1 Comments:
Tienes razón Vicente, hay mucho conformismo y poca o ninguna valentia para luchar por las raices , prefieren diluir la propia esencia regional en el maremagnum de la alianza de civilizaciones que incluye a un inmigrante de la Estepa rusa con cachirulo hablando catalán en torno a un plato de "bakalao" de Bilbao debatiendo con un oriental que es de la mesa de ETA-BATASUNA en casa de un nacionalista gallego sobre el acercamiento de presos acercamiento de presos y la candidatura de MAS.
Eso no es España, Aragón ha de luchar por lo suyo desde la razón y el derecho a no ser ni menos ni MAS que el resto. Ha de volverse a la politica economica de solidaridad inter-autonomica, hay que sacudirse los fantasmas del nacionalismo y volver a ser nosotros, volver a ser españoles.
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