El presupuesto del Gobierno de Aragón para Acción Social en el 2007 destila roña.
Con la aplicación inminente de la nueva ley de la Dependencia y de la Autonomía Personal, y el gran volumen de asuntos pendientes del área social, ni Marcelino Iglesias ni Miguel Ferrer apuestan por vertebrar un pilar básico del bienestar aragonés.
En pleno debate presupuestario ante las Cortes de Aragón, en virtud de la Ley de Acompañamiento presentada por el corroído Gobierno socialista aragonés, se observa que las partidas destinadas para cubrir el gasto estimado en el ámbito de Acción Social, solamente afectan al 4,33% del presupuesto general para el ejercicio del 2007. Y no es que el dato por sí sea cicatero, que lo es, lo sangrante es que el Departamento competente en la materia se jacta además de un copioso ascenso con respecto al año anterior, toda vez que dicho incremento lo aplica sagazmente sobre lo presupuestado en su globalidad.
La portavoz del área de Acción Social del PP en las Cortes de Aragón, la diputada Rosa Plantagenet, calificó este hecho de tacañería política y de una tomadura de pelo al sector más desfavorecido de la Comunidad aragonesa. El referido porcentaje no se ajusta a las necesidades reales de la coyuntura social en Aragón. El gobierno socialista, timoneado por Marcelino Iglesias, un presidente que obtiene por vía impositiva una ingente suma anual tributaria para satisfacer al parecer otros menesteres, y que además se niega a eliminar ciertos impuestos como lo han hecho ya varias Comunidades Autónomas, pretende diligentemente en 2007 aplicar con eficacia los programas quiméricos destinados a mayores, menores, discapacitados y familia con la irrisoria y nefasta cantidad del miserable 4,33%.
Esta claro que la política social de Iglesias no contempla en su agenda la inversión en el capital humano, en aquellas personas que por diversas circunstancias precisan una atención especializada o un estudio concreto en base a la obtención de ayudas o recursos que puedan favorecer la dignidad de una inalienable e irrenunciable calidad de vida. La gestión socialista del gabinete de Marcelino Iglesias siempre se ha destacado por encaminarse hacia otros espacios de mejores réditos y de más vistosidad que le puedan reportar cara a las elecciones un aseguramiento en el poder, y en todo caso favorecer su interés personal.
En la vigente legislatura se han creado “ex novo” las Direcciones Generales de Familia y de la Dependencia. Ante esta tesitura, ¿alguien con criterio cabal puede explicar qué logros relevantes han conseguido sendas entidades, a parte de generar un gasto corriente importante en dicho sector público? ¿Qué Planes Integrales elaborados con un toque de ingenuidad son de aplicación plena y directa, y por tanto aseguran el éxito de sus contenidos de bibliografía de ocasión, recortada y pegada a modo de dossier?
Aragón seguirá siendo una Comunidad que camine por la senda de la mediocridad, enarbolando el banderín de cola y el farolillo rojo de la carrera institucional, destacando por ser callada, sumisa, raquítica, consentida y doblegada gracias al albur de un PSOE que, apoyado por el interés del PAR, mucho me temo que los del puño y la rosa, lejos de afirmar un ideario de fuerte contenido social, están pensando más en la descalificación continua de la oposición y en remover, electoralmente y sin aportan soluciones alternativas, el fantasma trasvasista que gravita sobre el depauperado río Ebro. En estos asuntos sí saben perder el tiempo, o sea, invertir en un infausto futuro.
vicenbarbarroja
En pleno debate presupuestario ante las Cortes de Aragón, en virtud de la Ley de Acompañamiento presentada por el corroído Gobierno socialista aragonés, se observa que las partidas destinadas para cubrir el gasto estimado en el ámbito de Acción Social, solamente afectan al 4,33% del presupuesto general para el ejercicio del 2007. Y no es que el dato por sí sea cicatero, que lo es, lo sangrante es que el Departamento competente en la materia se jacta además de un copioso ascenso con respecto al año anterior, toda vez que dicho incremento lo aplica sagazmente sobre lo presupuestado en su globalidad.
La portavoz del área de Acción Social del PP en las Cortes de Aragón, la diputada Rosa Plantagenet, calificó este hecho de tacañería política y de una tomadura de pelo al sector más desfavorecido de la Comunidad aragonesa. El referido porcentaje no se ajusta a las necesidades reales de la coyuntura social en Aragón. El gobierno socialista, timoneado por Marcelino Iglesias, un presidente que obtiene por vía impositiva una ingente suma anual tributaria para satisfacer al parecer otros menesteres, y que además se niega a eliminar ciertos impuestos como lo han hecho ya varias Comunidades Autónomas, pretende diligentemente en 2007 aplicar con eficacia los programas quiméricos destinados a mayores, menores, discapacitados y familia con la irrisoria y nefasta cantidad del miserable 4,33%.
Esta claro que la política social de Iglesias no contempla en su agenda la inversión en el capital humano, en aquellas personas que por diversas circunstancias precisan una atención especializada o un estudio concreto en base a la obtención de ayudas o recursos que puedan favorecer la dignidad de una inalienable e irrenunciable calidad de vida. La gestión socialista del gabinete de Marcelino Iglesias siempre se ha destacado por encaminarse hacia otros espacios de mejores réditos y de más vistosidad que le puedan reportar cara a las elecciones un aseguramiento en el poder, y en todo caso favorecer su interés personal.
En la vigente legislatura se han creado “ex novo” las Direcciones Generales de Familia y de la Dependencia. Ante esta tesitura, ¿alguien con criterio cabal puede explicar qué logros relevantes han conseguido sendas entidades, a parte de generar un gasto corriente importante en dicho sector público? ¿Qué Planes Integrales elaborados con un toque de ingenuidad son de aplicación plena y directa, y por tanto aseguran el éxito de sus contenidos de bibliografía de ocasión, recortada y pegada a modo de dossier?
Aragón seguirá siendo una Comunidad que camine por la senda de la mediocridad, enarbolando el banderín de cola y el farolillo rojo de la carrera institucional, destacando por ser callada, sumisa, raquítica, consentida y doblegada gracias al albur de un PSOE que, apoyado por el interés del PAR, mucho me temo que los del puño y la rosa, lejos de afirmar un ideario de fuerte contenido social, están pensando más en la descalificación continua de la oposición y en remover, electoralmente y sin aportan soluciones alternativas, el fantasma trasvasista que gravita sobre el depauperado río Ebro. En estos asuntos sí saben perder el tiempo, o sea, invertir en un infausto futuro.
vicenbarbarroja
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