Sunday, December 31, 2006

Nueva trampa electoral: la paridad legal.


Las excentricidades del Gobierno central, narcotizado por los efluvios risueños de Zapatero, volverán a facturarnos sutiles artimañas en las próximas elecciones.

Dentro de la política que está llevando a acabo el gabinete socialista de ZP, aún cabe más todavía rizar el rizo. En un ansia perpetua de removerlo todo, de no dejar títere con cabeza, a pesar de que las cosas ya de antaño funcionen bien, Zapatero necesita retocar y modificar cual artista de que le inquieta su creatividad, para asumir la seguridad de que todas las cosas emergen de él, transitan por él y las dispone él.


La nueva ideología socialista, y aquellos históricos del furgón de cola que no saben a estas alturas comer fuera de la circunscripción de su partido, han encontrado en este chico altivo, lampiño y de embalsada baba bucal, un verdadero filón para desbaratar la coyuntura social, económica y cultural que a grandes zancadas asola nuestro país, en aplicación del dicho “a río revuelto, ganancia de pescadores”.


Con la futura Ley de la Igualdad de género se abre un nuevo cúmulo de incógnitas casi irresolutas fruto de la improvisación gubernamental y de la falta de solvencia técnica en la redacción de los contenidos y el la finalidad de los objetivos que aquella pretendida ley. Zapatero no sabe que la igualdad entre hombre y mujer (y no toquemos aquí, por favor, al homosexual como ¿tercer sexo?) nunca debería ser legal, sino más bien natural y de corte educacional. Que otrora el hombre se impusiera a la mujer por condicionamientos sociales y culturales a nivel mundial, no es suficiente para querer promulgar una ley en España que, en un exceso de positivismo racionalista , equipare los sexos hombre-mujer.

Desde el plano de la educación, y una educación impartida en el claustro familiar secular, donde el ejemplo, la convivencia y el dialogo son los elementos que contribuyen a conformar una sociedad cuya urdimbre se encuentre bien trabada, es el lugar idóneo para acrisolar la idea que el hombre y la mujer, por derecho natural y originario, son iguales sin necesidad de enunciar y clausular la intemerata de artículos que identifiquen legalmente el posicionamiento horizontal entre ambos sexos, sin que exista preeminencia de uno sobre el otro.

No pocos problemas se avecinan para cerrar listas electorales en localidades de entre 5.000 y 10.000 habitantes. Además, la iniciativa impulsada por el Gobierno central incluye modificar la vigente ley electoral, pues se estima un máximo del 60% y un mínimo del 40% por tramos de 5 personas, un ridículo margen que en multitud de casos imposibilitará la creación de unas listas coherentes y razonables.

Querido José Luis, si la familia no estuviera tan fragmentada por tantas injusticias que parten de ti, y si la educación en los colegios se basara en principios rectores que orientasen las conductas de nuestros hijos al bien, otro gallo nos cantaría. Redactar leyes que pueden propiciar la colocación interesada de personas no preparadas para cargos que exijan cierta formación, es otra forma más de construir el arquetipo de una sociedad que no queremos los españoles, no por ser machistas, sino por ser injusta, pues dentro de la loable y necesaria singularidad que porta cada sexo, deben primar el currículum personal y el bagaje profesional por encima de los atributos femeninos o masculinos, por mucho que éstos resalten su denotada exuberancia.


Zapatero escucha con atención: pocas leyes pero bien ajustadas y definidas, mucha instrucción, bondad y coraje. El resto, es de cajón: utilizar el sentido común en aras de respirar la esencia de la libertad. Lo contrario es un autoritarismo radical sectario, y eso para una sociedad que precisa de estructuras sólidas es pura dinamita. Que no se te olvide, ¡flanagan!


Vicente Franco Gil.

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