Sunday, December 31, 2006

Presupuestos 2007 para Aragón servidos con prepotencia y falta de consenso.


Los presupuestos para el año 2007 que se cernirán sobre Aragón destiñen sin duda una prepotencia al uso que ya se hace habitual desde que el gobierno socialista coaligado con el PAR nos gobierna. A decir verdad, no se sabe muy bien si el cabeza del ejecutivo es Marcelino Iglesias o el bicéfalo Biel, pues este arcano ejecutor siempre guisa en la trastienda, en la cocina. Ahí se queda, en la incógnita, cuál es genuina la personificación del gobierno de nuestra agitada Comunidad.


Es realmente demencial y demeritorio que de 926 enmiendas presentadas por la oposición solamente se haya aceptado una que concretamente recaía sobre un “desliz” en el Departamento de Obras Públicas. Claramente, esta actitud gubernamental denota la falta de dialogo, disposición y condición de un gobierno que hiede a podrido por estar anclado en el rencor y en la falta de respeto institucional, contaminando con su postura la imagen de una geografía que por naturaleza es noble.


Es incomprensible cómo la petulancia y desfachatez de unos escaños totalitarios y revanchistas primen sobre el sentido común y el buen hacer en aras de generar espectativas de futuro en nuestra región, en nuestro Aragón. ¿Qué intereses larvados anidan las infamias de la administración Iglesias-Biel para rechazar de plano 925 enmiendas? ¿A caso se cree este Gobierno enigmáticamente bicolor que la
mordaza y la cadena son instrumentos legítimos para gobernar con licitud y honradez? ¿Se piensan que los aragoneses somos memos o qué?


En cuentas y partidas presupuestarias el partidismo, la demagogia y el clientelismo deben dejar paso a la transparencia en la ejecución y a la racionabilidad en la elaboración. Al parecer los principios rectores que animan en un Estado de Derecho a seguir la senda del bienestar social son claramente soslayados por esta panda de mequetrefes que, insólitamente, nos gobiernan a gusto de algunos y a disgustos de muchos.


Lo peor del caso es que, de no cambiar en gran medida la intención del voto del pueblo aragonés, tendremos que seguir sufriendo las importunidades e interese particulares de una minoría parlamentaria que, sabedora del efecto bisagra que genera, utiliza con sutileza sus estrategias para sacar rédito particular.


Por cuanto antecede, en las próximas elecciones, en mayo 2007, lancémonos con ímpetu a las urnas y votemos en conciencia para relegar este conformismo raquítico que ni gobierna ni deja gobernar.


Vicente Franco Gil.

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