Monday, January 15, 2007

El tragaluz: Manifestación por la paz, contra el terrorismo, y...¿por la libertad?


La idiosincrasia española sigue poniendo de manifiesto la bicolor diferencia que existe entre la razón y la superficialidad. Lejos de relegar la opacidad en la información, el PSOE y las izquierdas tienen como único fin devorar al PP, ¿con el dialogo o con la tolerancia?


La manifestación de las 18:00 horas del pasado sábado tiene varias lecturas y ninguna buena. Centrándonos en los hechos de la capital de España, en primer lugar se ve con mayor claridad como el socialismo imperante quiere privar la libertad de expresión en nuestro país, que dicho sea de paso, a la libertad ya la están prostituyendo, ultrajando y vendiendo a bajo precio. En segundo lugar se denota la orientación política que se respiraba entre el menudo tumulto de gente que jaleaba en las calles. Lejos queda el poder de convocatoria que convocó a miles de españoles gritando justicia en el año 1997 cuando asesinaron a nuestro querido Miguel Ángel Blanco. Y en tercer lugar, no fue una manifestación realmente contra ETA, sino un motivo de apoyo al presidente por accidente Zapatero que ni siquiera apareció, más por poca vergüenza que por evitar alborotos.

Fue incomprensible e indignante advertir los insultos contra Mariano Rajoy y en general contra el PP, contra la AVT y agredir a los reporteros del canal de televisión Telemadrid. Estos hechos muestran la evidencia de la manipulación de la facción socialista en aras de hacer olvidar el atentado del 30 D y dar tiempo a ZP a que se recupere, pues parece ser que el aturdimiento de la explosión le ha anulado la capacidad de reacción. No olvidemos tampoco la cantidad de banderas republicanas que asomaban, no sabemos bien porque, ondeando a lo largo de la manifestación, y las pocas que se divisaban de nuestra patria enseña nacional.

Tras catorce días del atentado se da a conocer la composición del explosivo. El ministro Caldera encabeza la manifestación pero hasta el momento ha permanecido “missing”, a la fuerza o no, mientras ZP todavía no ha comparecido en el hemiciclo, y ante las cámaras solamente lo hizo en forma de telegrama, con ambigüedad y fugazmente.

En este país de locos, donde el que se bate el cobre por las libertades y apuesta por la justicia, el deber y la decencia, es gato escaldado por una muchedumbre aleccionada y bien orquestada por una raquítica política de trasnochados que al compás de los bufones actorcillos de siempre maniobran con astucia al grueso de las masas, no merece otra respuesta que la severidad del palo duro y la rigurosidad de la mano dura. Pero no. La democracia exige aguantar salivazos, embestidas y falsedades. ¿Dónde se encontraban los Bardem, Federico Luppi, José Coronado, Cayetana Guillén y Sancho Gracia entre otros el día después del atentado? Si la culpa del 11-M en el 2004 según esa cultura teatral fue de Aznar, ¿por qué no en el atentado de Barajas señalaron como culpable a su aprensivo Zapatero? Quizá porque les da de comer. Curioso desfase.

Nos tendremos que desgastar los ciudadanos de a pie que no consentimos la manipulación en pensar si estamos con el presidente del Gobierno que buscaba una manifestación de respaldo a su arcana y amigable política antiterrorista, o por el contrario arrimarnos a Rajoy que apuesta por un proceso en el que se aplique la ley, se persigan los delitos y se exijan responsabilidades políticas a los representantes electos que de forma abierta o subrepticia hacen su particular apología del terror o abrazan el independentismo tutelando el umbral de la ilegalidad.

Y respecto a lo del talante de Zapatero, a estas alturas de curso, me adhiero a las palabras que escribía mi amigo periodista Tomás Cuesta en una de sus columnas: “ el talante -ese sucinto taparrabos del que tanto presume nuestro Trazan monclovita de vía estrecha- le abriga menos que un tanga brasileño. El manto de utopismo y bonhomía con el que se disfraza su soberbia ha sido consumido por la voraz polilla de los acontecimientos. El rey está desnudo, lo ha desplumado ETA. Así que, una de dos: o se hace nudista y pega el campanazo en el Parlamento ( si eres campana, ¿dónde está el badajo? que diría Quevedo) o le hacen un terno a medida los criminales que frecuenta”.

Opinen ustedes mismos, hay para todos y de todo.


Vicente Franco Gil.

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